No escribo para hacer historia, sino para contar una historia que tomó forma por si misma a través del tiempo. No escribo para que les guste, escribo porque yo lo amo. No escribo para ustedes, escribo para los personajes, pues son quien necesita vida. No escribo para que les guste, sólo escribo por contar.

Habitación de ángeles.{algo de trama}

Algo de contexto, para que queden metidos :D

Encendió la luz de la habitación y se paralizó en el umbral.
Sobre la cama deshecha , enterrado en la almohada de cabecera, asomaba el asa de un cuchillo cocinero. Adrianna, se acercó temblando, lentamente, estiró una mano para coger una nota que sobresalía. Sentía que todo le daba vueltas y las letras se arremolinaban ante sus ojos. Miró la nota y apenas tenía coherencia. No podía ser. era su letra. Tomó aire e intentó que sus ojos enfocaran correctamente las palabras.

"Las damas primero, Ade.
No me he olvidado de ti"

La hoja, tembló en sus manos y la dejó caer. Se volteó y salió corriendo del departamento. En cuanto cruzó la puerta, un par de brazos la rodearon por la espalda. Gritó una sola vez, cuando el joven la interrumpió con voz ahogada por la preocupación.

-¡Ade! ¡Ade, tranquila! Soy yo, Cristobal, tranquila.
Ella rompió a llorar de forma histerica. Él, le acarició la espalda con suavidad, obligandola a entrar en el departamento.
-¡No! ¡No! ¡Estuvo aquí!
-No hay nadie más aquí. Cariño, tranquila.
La obligó a sentarse en el sillón y la acunó contra su pecho.
-Está bien, ¿si? Mira, no hay nada.
-Él estuvó aquí -sollozó ella- estuvó aquí. Dejó una nota, dejó una nota y se fue. Quiere matarnos.
Existe una sola e inevitable verdad y es que nunca somos verdaderos, hasta que la tormenta está sobre nuestras cabezas.
Pues la lluvia, se lleva todas las máscaras, la lluvia quita toda cáscara. Y peor aún es cuando el sol no sale y salimos fuera de nuestros cascarones a echar un vistazo y nos encontramos con la más triste y oscura realidad. El verdadero rostro del resto y peor que aquello, el verdadero rostro nuestro.