Algo de contexto, para que queden metidos :D
Encendió la luz de la habitación y se paralizó en el umbral.
Sobre la cama deshecha , enterrado en la almohada de cabecera, asomaba el asa de un cuchillo cocinero. Adrianna, se acercó temblando, lentamente, estiró una mano para coger una nota que sobresalía. Sentía que todo le daba vueltas y las letras se arremolinaban ante sus ojos. Miró la nota y apenas tenía coherencia. No podía ser. era su letra. Tomó aire e intentó que sus ojos enfocaran correctamente las palabras.
"Las damas primero, Ade.
No me he olvidado de ti"
La hoja, tembló en sus manos y la dejó caer. Se volteó y salió corriendo del departamento. En cuanto cruzó la puerta, un par de brazos la rodearon por la espalda. Gritó una sola vez, cuando el joven la interrumpió con voz ahogada por la preocupación.
-¡Ade! ¡Ade, tranquila! Soy yo, Cristobal, tranquila.
Ella rompió a llorar de forma histerica. Él, le acarició la espalda con suavidad, obligandola a entrar en el departamento.
-¡No! ¡No! ¡Estuvo aquí!
-No hay nadie más aquí. Cariño, tranquila.
La obligó a sentarse en el sillón y la acunó contra su pecho.
-Está bien, ¿si? Mira, no hay nada.
-Él estuvó aquí -sollozó ella- estuvó aquí. Dejó una nota, dejó una nota y se fue. Quiere matarnos.