No escribo para hacer historia, sino para contar una historia que tomó forma por si misma a través del tiempo. No escribo para que les guste, escribo porque yo lo amo. No escribo para ustedes, escribo para los personajes, pues son quien necesita vida. No escribo para que les guste, sólo escribo por contar.

Love and Psique :D (y algo de cuento)

PRIMER CAPITULO

(El comienzo del otoño)

I


Sentía el cuerpo molido y apenas podía asegurar que aún estaba conciente. Con una mueca entre asqueada y divertida en el rostro, él sorteó el cuerpo de su “hija” que yacía en el piso en posisión fetal, para dirigirse a la puerta, con dos solitarias frases pronunciadas sin la más minima muestra de arrepentimiento.


-Ya ves que si te portas mejor, menos debo castigarte...- Y luego de una pausa añadió- quiero la cena lista cuando vuelva.


No se atrevió a mover un musculo del cuerpo hasta que dejó de oir el sonido del bentley que se alejaba hasta mezclarse con los sonidos de la ciudad, lejos de los suburbios.


Se puso en pie sin tiempo que perder, evitó mirarse al espejo para comprobar los daños y se dirigió al armario . Del fondo de este, etrajo sus maletas, que aún conservaban, para su suerte, la ropa del último viaje a casa de tía Brittany. Sin pararse a mirar lo que estaba lanzando en la maleta, vació los cajones. Llenó así, dos maletas y un bolso con toda su ropa y objetos de valor. Guardó su notebook y sus cuadernos de escritos; Barrió la habitación de baño de todas sus cosas, ya fueran creamas, polvos, cepillos o productos para el cabello.


Se acercó a la pared norte de su habitación y tiró de un trozo de telapolvorienta que al caer, dejó al descubierto el retrato de una hermosa mujer de cabellos azabache. Intentó no mirar el cuadro más de lo estrictamente necesario, pero ello siempre escapaba de su dominio. Alejó un poco el borde de madera, de la pared y cogió unos papeles que estaban encajados tras el lienzo. Eran su paso a la libertad.


-Gracias, mamá. -susurró al cuadro en voz baja.


Continuó barriendo la habitación de todo lo que podría serle util en su nuevo comienzo. Finalmente se acercó al armario y agradeciendo por primera vez uno de los golpes de él, descorrió un trozo de armario, muy cercano al piso, que se había soltado uno o dos años atrás y nunca fue reparado. Desde allí sacó el dinero que había ahorrado desde hacía meses.


Salió de la casa con rapidez. Se acercó al taxi que la conduciría a la libertado con sus maletas y apretando con fuerza contra su pecho los papeles de aceptación y su pasaje en tren hasta Vancouver, Cánada.



Así, cuando él, volvió a casa una hora mas tarde de su partida, todo lo que encontró fue una casa completamente desierta.


(Nota: esto es meramente para entretenerlos mientras hago la siguiente entrada con los personajes de esta historia o van a terminar al final del segundo capitulo más perdidos que los sobrevivientes del Oceanic en la Isla (LOST, aclaración para los que no entienden de buenas series :D)

Existe una sola e inevitable verdad y es que nunca somos verdaderos, hasta que la tormenta está sobre nuestras cabezas.
Pues la lluvia, se lleva todas las máscaras, la lluvia quita toda cáscara. Y peor aún es cuando el sol no sale y salimos fuera de nuestros cascarones a echar un vistazo y nos encontramos con la más triste y oscura realidad. El verdadero rostro del resto y peor que aquello, el verdadero rostro nuestro.